Ahí están las dos,
en la hierba de la piscina,
no valen mucho, la verdad,
rubias como tulipanes o mantequilla fría
sentadas al sol en sus toallas de colores
piernas dobladas al cielo
y brazos detrás del cuerpo,
estirados, apoyando sus manos
en la hierba caliente
al borde de sus toallas de colores.
Sudan a chorros
y no se van a la sombra,
insisten con el sol,
una de ellas saca una botellita
de agua de una mochila negra,
le da un buen trago
y después la deja
en un fragmento de sombra
que desprende un álamo tísico
y sigue sudando,
el sudor se mezcla con la crema solar
y va creando en sus cuerpos
gotitas luminosas como la purpurina.
Tienen calor
y sin embargo
dejan que el sol las viole.
Ahora se dan vuelta,
le ofrecen su culo al reluciente sol,
y él se pone a lo suyo de nuevo,
impertérrito.
Yo me levanto
y me voy al bar.
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Acerca del autor
Biobibliografía
Óscar Malvicio nació en Gerona y reside en Guadalajara (España)
En el comienzo de su oficio escriturario, su obra ha sido publicada en revistas literarias on-line y ganado algunos certámenes de poesía.
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